/otoño>2

ola polar devastadora, eso decía el titular.
el trabajo de los adjetivadores
de las tierras sin nieve
que nunca vieron un lobo;
el rojo perfecto de los ojos de los lobos.

¿qué hacer con ellos?
¿a qué páramo se envía a los adjetivadores?
quizá la historia les guarde algún tipo de condena
o les tenga preparado un patíbulo especial, secreto.

pero como nadie sabe qué es la historia
la esperanza se desfigura y se hace mueca.

he oído que pretenden explicarles
a los adjetivadores qué es el frío.
que algunos eruditos
han gastado los recursos del estado
para exhibirles pruebas contundentes,
que han querido evangelizarlos
a fuerza de ciencia y gramática.

(otros cuentan que los adjetivadores se rieron
de los eruditos con carcajadas gitanas que duraron días)

al final el tiempo pasa y todos los eruditos callan;
se llevan sus estados a otra parte
y los titulares devastadores vuelven.

(algo, sin embargo, permanece en el silencio.
la única verdad que se le puede decir a un adjetivador,
el recurso irrefutable del acontecimiento:
comprender el frío
es bañarse cada día
con la sangre de los lobos).



Bla

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