Routes

Como decía Jack Kerouac, la vida es un país extranjero… Aunque te afinques entregándote, nunca va a ser del todo tu hogar. Sin avisar, cualquier día, sale al ruedo la radical otredad para recordártelo, para que sepas que cuanto más cómoda te pongas en ese sofá raído y confiable, más se van a desestabilizar los resortes.

Entonces, mirando pasar la carretera por la ventana, entendés que preocuparse por el eventual desplome del sofá es como un grito desaforado en un mundo de sordos, como un pictograma en mitad del alfabeto griego. Y te elevás. Te elevás por encima de las ruedas del Impala que ya no te llevan tan lejos, que no friccionan tan fuerte… Comprendés que llega un punto del camino en el que ya no existen juicios de valor. Que sos lo que sos y lo que te has hecho. Y que eso, mi querido Jack, es más que suficiente.

Hay rutas en las que poco lugar queda para los pygmaliones que andan sueltos, ya no les das un aventón aunque sepas lo estimulante que puede llegar a ser. Porque has dejado de mirar el dial de la radio manual en busca de la frecuencia más nítida, para sacar la cara por la ventana y que el viento te golpee tan fuerte, tan recio, que no necesites más estímulo que sentirlo en la piel.

Sabías que a Jack no le gustaban las galateas y ahora sabés que a vos tampoco. Que aunque te deshagas como arcilla húmeda, seguís teniendo un molde en el que reoriginarte, ése en el que, según él, explotás igual que arañas entre las estrellas hasta estallar en una luz azul…. en medio de la carretera.


2 comentarios on “Routes”

  1. El Anónimo de siempre dice:

    No recuerdo mucho el mito de Pygmalion, pero intuyo la relación con la novela.Sigo pensando un poco y vuelvo.
    Salu2

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  2. Melusina dice:

    Bueno, pero no piense mucho que ya sabemos lo que pasa…
    Acá lo espero con el té.

    la melusa

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